Río de Janeiro fue escenario de un espectáculo histórico el pasado sábado, cuando Lady Gaga ofreció el concierto más grande de su carrera ante unos 2.5 millones de personas en la playa de Copacabana. Sin embargo, la magnitud del evento se vio opacada por una grave amenaza que, según autoridades brasileñas, pudo haber terminado en tragedia.
La policía informó que arrestó a dos personas vinculadas a un presunto complot para detonar explosivos durante el concierto, con el objetivo de atacar a la comunidad LGBT+. Felipe Cury, secretario de la policía de Río, explicó que los detenidos habían compartido mensajes explícitos en línea donde hablaban de un ataque motivado por la orientación sexual del público asistente. “Estaban diciendo claramente que planeaban un ataque durante el concierto de Lady Gaga”, señaló.
El jefe de policía, Luiz Lima, agregó que el grupo responsable difundía discursos de odio y mensajes violentos en redes sociales para ganar notoriedad e involucrar a más personas, en su mayoría adolescentes y niños. Durante una serie de operativos en varias regiones de Brasil, se confiscaron teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos en casas de 15 sospechosos, aunque no se encontraron explosivos ni armas. Aun así, las autoridades consideran que los detenidos planeaban utilizar bombas caseras.
Uno de los implicados, residente de la ciudad de Macaé, al norte de Río, confesó tener motivaciones religiosas y afirmó que Lady Gaga era “satanista”, reforzando la ideología extremista detrás del presunto plan.
A pesar de la amenaza, el espectáculo se realizó sin incidentes. La policía optó por no revelar la info
rmación antes del evento para evitar el pánico y posibles malinterpretaciones que pudieran entorpecer la seguridad. Al concierto asistieron miles de personas, quienes cantaron y bailaron al ritmo de éxitos como Born This Way, considerada un himno de inclusión y orgullo para la comunidad LGBT+ desde su lanzamiento en 2011.
Un portavoz de Lady Gaga declaró que ni ella ni su equipo fueron informados del posible atentado, y que solo se enteraron por los medios al día siguiente. Aseguró que trabajaron en todo momento con las autoridades locales y confiaban plenamente en las medidas de seguridad. El operativo de vigilancia incluyó a más de 5,200 militares y policías distribuidos a lo largo de la playa.
Lady Gaga, por su parte, compartió un mensaje en Instagram agradeciendo al pueblo brasileño por la energía y emoción del concierto, sin hacer mención al incidente. “Nada podría prepararme para el sentimiento que tuve durante el espectáculo de anoche. El orgullo y la alegría que sentí al cantar para Brasil fueron inmensos. Su cultura es vibrante y especial, y estoy profundamente agradecida por este momento histórico”, escribió.
El evento gratuito también destacó en un contexto global de conciertos cada vez más caros. En contraste con los precios elevados en festivales como Coachella —donde se presentaron artistas como Gaga y los boletos superaban los 600 dólares—, su presentación en Río fue un regalo para millones de seguidores, evocando recuerdos recientes del multitudinario concierto de Madonna en el mismo lugar, que reunió a 1.6 millones de personas en mayo.
A pesar de la amenaza, la noche quedó marcada por la música, la unión y la resistencia de una comunidad que sigue alzando la voz a través del arte.
Credito: La Jornada
